Grecia Quiroz, alcaldesa de Urupan
Los acontecimientos se han sucedido con una velocidad imparable. Apenas el pasado 3 de noviembre publiqué en este mismo espacio una opinión con el título “Carlos Manzo, alcalde de Uruapan”. Hoy, cuatro días después, el título es casi idéntico, pero con el nombre de su esposa.
Grecia Quiroz García asumió este 5 de noviembre como presidenta municipal de Uruapan, para ocupar el cargo que dejó vacante su esposo, asesinado en la víspera del Día de Muertos. Aunque tiene cierta lógica política, en lo personal es totalmente sorpresivo.
La nueva alcaldesa de Uruapan, que rindió protesta ante el pleno del Congreso del Estado de Michoacán, llega al cargo con 35 años de edad y a menos de una semana de haber quedado viuda por la violencia. Es madre de dos niños. Uno de ellos estaba en brazos de su padre que, en un ambiente festivo, le hablaba de “la catrina” que se exhibía en la plaza principal de Uruapan, a unos minutos de ser atacado.
La condición particular de Grecia Quiroz es extremadamente difícil por donde quiera que se le vea. Viste de absoluto negro y mientras rendía protesta, apretaba con el brazo izquierdo un típico sombreo como los que usaba su marido. Quizá había sido de él.
¿Qué administración puede encabezar la nueva presidenta municipal de Uruapan? ¿Qué atención brindará a la recaudación de impuestos municipales, a las obras urbanas, al alumbrado público, la recolección de residuos o las demandas vecinales?
¿Con qué pragmatismo y cabeza fría, encabezará las reuniones de seguridad en las que deberán estar presentes el comisario de Uruapan y los representantes de la Secretaría de Seguridad de Michoacán, de la Guardia Nacional, de la Secretaría de la Defensa Nacional?
No es políticamente correcto dudar, de inicio, de sus capacidades, sobre todo en las condiciones adversas que enfrenta. Pero las dudas son razonables.
A Grecia Quiroz sin embargo, debe reconocérsele la valentía y el arrojo. “Vengo con esa entereza con la que se levantaba (Carlos Manzo) todos los días a luchar, a combatir, a alzar la voz, a gritar, a pedir auxilio por nuestro municipio, por nuestro Estado de Michoacán, por nuestro México. Hoy ese legado de Carlos Manzo está más fuerte que nunca. Este lago del Movimiento del Sombrero no lo callaron y no lo van a callar”, fueron sus palabras al asumir el cargo.
Se puede admirar la valentía de la viuda y de la madre.
Pero los ciudadanos no podemos cometer el error de seguir exigiendo más héroes y mártires.
Que le vaya muy bien a Grecia Quiroz. Necesitará mucho. Pero que ella asuma la presidencia municipal no disculpa a las autoridades estatales y federales.
