El Presupuesto de Egresos de la Federación es la columna vertebral del Proyecto de Nación que la gente respaldó en las urnas al elegir a sus representantes populares. Bajo este criterio, se puede decir con absoluta certeza que el presupuesto de egresos que acabamos de aprobar en la Cámara de Diputados responde fielmente a las dos consignas centrales que dan vida a la Cuarta Transformación: “por el bien de todos primero los pobres”, y “no puede haber gobierno rico con pueblo pobre”.
El pasado jueves por la madrugada, tras una sesión maratónica, las y los diputados del Congreso de la Unión aprobamos el Presupuesto de Egresos de la Federación para el ejercicio fiscal de 2026, un presupuesto histórico de más de 10 billones de pesos destinados a atender las principales demandas del pueblo.
Las prioridades presupuestales son claras: fortalecimiento del sector educativo, con 513 mil millones de pesos para disminuir el rezago y garantizar mayor cobertura en la educación media superior y superior (destinando recursos dignos a la Universidad de Guadalajara); mejoramiento del sector salud, con 965 mil millones de pesos para la atención, entrega de medicamentos e insumos médicos; y el fortalecimiento de la seguridad pública nacional y local, con 60 mil millones de pesos de presupuesto.
Además, se brindan mayores recursos para combatir la pobreza y atender a grupos vulnerables, como los 987 mil millones de pesos para programas del Bienestar; a la par que se garantiza la inclusión social y la equidad de género al integrar la perspectiva de género en el diseño y seguimiento de programas sociales, resaltando un monto de 466 mil millones de pesos en la consolidación del nuevo Sistema de Cuidados.
¿Y Jalisco? Para evitar chismes, hay que recalcar que a nuestro Estado también le fue muy bien: las participaciones federales serán de más de 97 mil millones de pesos, 5.22% más que en 2025, incluyendo 9.19% más para el Fondo de Fomento Municipal; y también subirán las aportaciones federales, llegando a los 51 mil millones de pesos. En total, más de 153 mil millones pesos de la federación para Jalisco, y eso sin contar los 12 mil millones de pesos para la construcción del tren Irapuato-Guadalajara.
Ya como cereza del pastel, no podía faltar la austeridad republicana, para fortalecer ramos como agricultura, educación pública, trabajo, medio ambiente, ciencia, tecnología o cultura. Como se puede observar, quedaron atrás los tiempos en los que el presupuesto público ser derrochaba en gastos onerosos, en lujos y banalidades de una clase política que se enriquecía a costillas del pueblo. También quedaron atrás los tiempos en los que el gobierno destinaba recursos para los más necesitados, que terminaban en manos de intermediarios o de la propia clase política, pero jamás en la ciudadanía.
Las cosas son diferentes y el Presupuesto de Egresos de la Federación 2026 muestra que, en México ¡no puede haber gobierno rico con pueblo pobre! Que en nuestra patria, la consigna central seguirá siendo ¡por el bien de todos, primero los pobres!