El nivel trascendente o espiritual de la realidad

¿Qué es el nivel trascendente, espiritual, de la realidad?

Dentro del nivel mental subjetivo que describí antes, existe un espacio más profundo de nuestro ser que rebasa la complejidad de nuestros dilemas de la vida diaria. Se trata del nivel mental que se activa cuando vivimos situaciones que amenazan directamente nuestra existencia (1). Cuando perdemos un familiar muy significativo, una relación valiosa para nosotros, cuando se nos diagnostica una enfermedad grave, cuando se derrumba nuestra perspectiva y el sentido de la vida.

¿Podríamos imaginarnos el sufrimiento de una madre de 40 años que está muriendo y no sabe qué va a suceder con su hijo de dos años? ¿Podemos imaginar la inmensa dificultad para decirle a un pequeño de 5 años que sufre de una enfermedad mortal, comunicarlo a sus padres, a sus abuelos? Dado que quien esto escribe no puede ofrecer un concepto definitivo del nivel espiritual o trascendente, transcribo un texto de fuentes en medicina familiar que aborda este nivel de la realidad subjetiva en la forma de sufrimiento. Acoto que la medicina ha dejado casi totalmente de lado la enseñanza del concepto de sufrimiento a pesar de que nació para aliviarlo en los albores de la humanidad, transcribo:

“ El sufrimiento es personal, individual, relacionado con amenazas a la integridad del yo y lo experimenta la persona en su totalidad, no solo el cuerpo. Es un fenómeno físico, biopsicosocial, existencial y espiritual. Quienes lo padecen se enfrentan a pérdidas, o amenazas de pérdida, asociadas al deterioro del cuerpo y a la desintegración del yo, los valores, los sistemas de creencias y las conexiones con el mundo. Se sienten aislados, sin esperanza e indefensos. El sufrimiento es un aspecto inevitable de la existencia humana y pertenece a la vida tanto como el destino y la muerte. Su intensidad varía desde la angustia hasta la agonía”. (2).

Un acercamiento al nivel mental de lo espiritual o trascendente*

Cómo médico familiar recurro y me limito a mi campo profesional, en el método clínico centrado en la persona se considera “espiritualidad”:

La búsqueda de propósito, de significado y de conexión con otros. Conexión con el propio yo, la naturaleza, el momento que vivimos. Espiritualidad es la búsqueda de la existencia de algo que podamos considerar sagrado. La espiritualidad puede ser fuente de esperanza y trascendencia (3).

Así conceptuada, el nivel espiritual del espacio mental humano puede ir acompañado de una religión o de ninguna. Las personas que logran este nivel de conciencia de su realidad mental suelen ser buenos seres humanos, personas que actúan con sentido de trascendencia en conexión con la humanidad y la naturaleza. Cuando las personas generan un sentido de trascendencia desde una edad temprana buscan desarrollarse (si su contexto no es excesivamente agresivo) para dejar un legado que busca permanecer en el tiempo. Bertrand Russell afirmaba que la mayoría de los humanos tenía hijos como una forma de perpetuar su propia estirpe. En ese sentido los recuerdos conscientes acerca de nuestros ancestros padres, abuelos, y otros seres significativos, son un ejemplo de trascendencia, para bien o para mal. Los personajes significativos siguen presentes en nuestro nivel mental de existencia. En el plano de la memoria colectiva, guardamos especial respeto, admiración por los héroes nacionales, y otros símbolos que nos dan algún sentido de pertenencia como nación. Y ahí están los filósofos, poetas, científicos, estadistas, artistas que inspiran a muchos décadas, siglos o milenios después de su muerte física.

Como puede apreciarse, el nivel de lo espiritual y trascendente que describo no está separado del nivel objetivo. Por lo contrario, involucra el nivel objetivo, en conjunto con las emociones, sentimientos, la fe, la contemplación, y un sentido de que somos parte de la realidad cósmica. Y señaladamente, el nivel espiritual o trascendente implica que somos parte de la estirpe humana, para bien y para mal, somos parte de ese río humano desde la prehistoria y hasta el futuro imaginable, como explicó Bertrand Russell en su pequeño libro “La conquista de la felicidad” (4).

El sentido de trascendencia de la realidad mental y la medicina general

Si los médicos familiares/generales asumieran un sentido trascendente de la función social que tienen a su cargo, podrían ser de gran ayuda a las personas que tarde o temprano en su vida pasarán por momentos de angustia existencial, de sufrimiento por las razones que he descrito. No escaparemos los humanos al sufrimiento a menos que muramos en la infancia temprana. Ese tipo de médico familiar/general sería de mucha ayuda para orientar a las generaciones nacidas en el siglo de la vorágine tecnológica, y desde luego a sus padres.

Conclusión

¿Qué pasaría si las nuevas generaciones de mexicanos no lograran alcanzar en su vida la maduración de sus capacidades para el reconocimiento de los tres niveles de la realidad que he descrito en estas columnas ? Tal vez ya está ocurriendo esta estremecedora situación. Ante la profunda debacle de las religiones en el mundo occidental de los últimos 50 años, el sentido de trascendencia espiritual, y por ende del sentido ético, en muchas personas se ha deteriorado (mi apreciación). La promesa de una trascendencia expresada en la vida celestial eterna, la reunión con los seres queridos en el paraíso, ha ido también perdiendo significado para muchos en las nuevas generaciones. De manera paralela yo aprecio que la capacidad empática y compasiva y ética, se ha debilitado y se expresa en la destrucción del “tejido social” mexicano desde finales de los años 80. Crece la idea de “sálvese el que pueda, como pueda”. La indiferencia, el bajo valor de vida incluyendo la propia, y la crueldad, se expresan en las notas periodísticas, y en especial vía Internet.

Cuando el valor dominante es “hacer dinero… como sea”, algunos se preguntan, ¿para qué ser bueno con los demás cuando a nadie le importa? Esta es la vena que nutre al crimen, la discriminación, la injusticia.

¿Para que seguir vivo cuando no hay esperanza, cuando la mentira, la banalidad, la codicia son premiadas? Me parece la vía del suicidio.

Ambos vacíos espirituales, formas de sufrimiento, vacíos de significados trascendentes, se intentan llenar con la alegría ficticia o artificial, inducida por sustancias químicas. En este contexto sombrío mi esperanza es el renacimiento del compromiso trascendente de la medicina familiar/general de mi país con los principios que dieron lugar a la medicina.

Servir a los que sufren, mantener en alto la compasión ecuánime y contribuir a la justicia como recurso de reconstrucción social.

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Referencias bibliográficas

1. McWhinney, I. R. (2016). Philosophical and scientific foundations of family medicine. En T. Freeman, McWhinney’s textbook of family medicine. (págs. 55-91). New York.: Oxford University Press.
2. Phillips, W. R., Uygur, J. M., & Egnew, T. R. (2023). A comprehensive clinical model of suffering. Journal of American Board of Family Medicine, 36(2), 344-355.
3. Brown, B. J., & Weston, W. (2024). The second component. Understanding the whole person. Individual and family. En M. Stewart, B. Brown, W. Weston, T. R. Freeman, & B. Ryan, Patient-Centered Medicine. Transforming the clinical method (p. 62-85). London: CRC Press. Taylor & Francis Group.
4. Russell B. La conquista de la felicidad (5.a ed.). Barcelona: Editorial DeBolsillo; 2004.