Clima
25ºC
8 diciembre 2025
Laura Castro Golarte
Laura Castro Golarte
"Laura Castro Golarte es periodista independiente y activa desde hace más de 40 años; politóloga y doctora en Historia Iberoamericana por la Universidad de Guadalajara. Es autora de varios libros. "

Derecho a la educación

10 noviembre 2025
|
05:00
Actualizada
19:04

A partir de la Ilustración, aunque no de inmediato sino de forma progresiva, la formación, instrucción, educación de la gente, del pueblo, identificado entonces como el estrato inferior en una sociedad piramidal, se convirtió en una aspiración de las naciones por lo menos en el mundo occidental.

Estoy hablando de finales del siglo XVII, todo el XVIII y de ahí en adelante, un periodo en el que gradualmente, ascendió la idea de desterrar el predominio de las ideas supersticiosas y privilegiar la razón humana, por un lado; y, por otro, abrir para todos, sin distinciones, el acceso al conocimiento a través de las universidades y diversos centros de estudio.

Para algunos estudiosos como Gonzalo Pontón (2016), la Ilustración no hizo sino profundizar las desigualdades en aquellas sociedades de Antiguo Régimen, porque muy pocos tenían acceso a las universidades, en contraste con las poblaciones mayoritarias de los países o reinos; para otros, como Steven Pinker (2018), al contrario: la Ilustración fue el movimiento capaz de llevar a la humanidad hacia estadios superiores de desarrollo, en una magnitud tal que bien valdría la pena retomar aquellos principios, ahora.

En el México recién independizado, el pensamiento ilustrado prevaleció en escritores de la época que publicaban sus preocupaciones al respecto en periódicos y panfletos; muchos de ellos tenían la idea casi obsesiva de educar a las masas para sacarlas del oscurantismo al que estuvieron sometidas por siglos en el contexto de la tricentenaria dominación española; y porque estaban convencidos de que sólo a través de la educación, formación, instrucción pública, sería posible lograr el avance de la nación recién estrenada como república federal para su ingreso pleno en el concierto de las naciones civilizadas de la época.

El complejo siglo XIX en México no impidió que, a tiros y a tirones, la dinámica educativa avanzara. Sin duda lo habría hecho más rápido sin los sucesivos conflictos que se vivieron en ese tiempo, sin embargo, como el agua que reconoce su cauce, los intelectuales, educadores, pedagogos y algunos (varios) voluntarios, se las ingeniaron para seguir trabajando e innovando a favor de la educación, ya fuera la introducción de algún método nuevo como el lancasteriano; o la aplicación de ideas y teorías de Johann Heinrich Pestalozzi, considerado el padre de la pedagogía moderna; o la introducción del positivismo en materia educativa hacia la segunda mitad del diecinueve, por sólo citar tres aspectos del impulso educativo/educador de la época.

Tenemos luego en nuestro país la educación posterior al movimiento revolucionario, revolucionaria también, que, no obstante, al poco tiempo se integró de lleno al sistema político mexicano y a la institucionalización de las administraciones públicas de los tres niveles: municipal, estatal y federal, comandado por un partido hegemónico, cuyas prácticas, usos y costumbres alcanzaron a muchas universidades públicas con las formas y los modos más bien negligentes, corruptos, caciquiles, corporativos y de luchas por el poder interno para gestionar, ejercer y controlar, por supuesto, sin transparencia, los presupuestos siempre tan apetitosos con todo y las exigencias de más, más y más, siempre con los jóvenes como carne de demandas y amenazas.

En el gran sector de la educación pública en México, educadoras, pedagogos, maestras y maestros de todos los niveles, cumplieron con sus misiones más allá de las grillas internas y desviaciones del sistema educativo; una vez más, la educación auténtica producto de docentes preocupados, éticos y responsables, como el agua, halló su cauce. Hasta que, además de las cuestiones internas incluyendo en algunas instituciones de educación superior el manejo gangsteril; o los conflictos graves y dolorosos que enfrentaron a los estudiantes con un gobierno autoritario, las universidades se “pusieron a tono” con las tendencias educativas de fines del siglo XX enfocadas en lograr que egresaran miles y miles de empleados o miles y miles dizque de emprendedores, a través del desarrollo de capacidades para no quedar fuera de las dinámicas mundiales y globalizadoras, del neoliberalismo pues, o del capitalismo rampante. Fue cuando se empezó a discutir si la educación pública debía seguir siendo gratuita o se tenía que cobrar. Hubo movimientos en otras partes del mundo contra esta tendencia y un caso emblemático es, además de México por las luchas estudiantiles de los años noventa, Chile, en el inicio del siglo XXI.

Por supuesto que todo esto es mucho más complejo y no alcanza el espacio de una columna para tocar todas las aristas, matices, posturas, hechos históricos, propuestas, reformas, contrarreformas y diversas acciones que hemos testificado y/o protagonizado en los últimos años, sin embargo, destaco hoy en este espacio, después de todos estos antecedentes expuestos de manera muy apretada, la determinación por impulsar a la educación pública como un derecho y no como un privilegio.

La percepción de esta tarea fundamental del Estado mexicano está cambiando desde adentro y desde afuera y aquí quiero llamar la atención sobre la plataforma que recién se presentó la semana pasada en la Secretaría de Educación Pública: Saberes Mx. Una iniciativa para cumplir con el mandato de abrir la educación a todos los habitantes de este país de manera flexible, personalizada y orientada al aprendizaje a lo largo de la vida, porque la idea de que la educación termina cuando se obtiene un título, ya caducó.

Este es un punto, y otro, la convocatoria de la presidenta Claudia Sheinbaum a los rectores y directores de universidades, tecnológicos, normales, politécnicos y centros de educación superior de todo el país participantes en la Primera Reunión Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior para la Transformación de México, para atender seis líneas de acción, con respeto a la autonomía universitaria: primera, “que todos hagamos un ejercicio de austeridad republicana. Ya quedaron atrás los tiempos de la parafernalia, del poder, de los privilegios”; segunda: ampliar la matrícula de todas las formas posibles: educación presencial, semipresencial y a distancia; tercera, que las instituciones de educación superior se acerquen a la básica y a la media superior, “que seamos parte de un sistema educativo y no islas en nuestro país, en el sistema educativo nacional”; cuarta: una invitación a acercarse a los jóvenes, “que no haya división entre la autoridad y el joven, a que seamos parte de una comunidad”; quinta: “les convoco también a que juntos atendamos los problemas de la nación, a que no nos separemos entre gobierno y universidades”, por ejemplo, en la construcción de la soberanía tecnológica de la nación; y sexta línea de acción, formar parte de Saberes MX para “hacer que las universidades se acerquen más a la gente, al pueblo, que se acerquen más a todas y todos los ciudadanos”.

La educación de un pueblo, de una nación, nunca dejará de ser una aspiración. Mientras más extendida y entendida como un derecho y no como un privilegio, más posibilidades de desarrollo en términos de acceso universal y de progreso equitativo. Es una gran noticia. La plataforma Saberes MX empezará a funcionar el 17 de noviembre próximo, como parte de un conjunto de acciones, en el sistema educativo nacional, justo para garantizar ese derecho constitucional.

*Las opiniones y contenidos en este texto son responsabilidad total del autor y no de este medio de comunicación.
Logo Quiero Tv
Canal de televisión que trasmite contenidos de noticias, deportes y entretenimiento por sistemas de paga desde 1994 y ahora por señal abierta en el canal 10.1 para el Área Metropolitana de Guadalajara.
Redireccion a facebook Quiero Tv
Redireccion a X Quiero Tv
Redireccion a instagram Quiero Tv
Redireccion a youtube Quiero Tv