El pasado 6 de noviembre, el gobernador de Jalisco, Pablo Lemus, rindió su primer informe de gobierno. Fiel a su estilo, fue un ejercicio cercano, transparente y con un tono empático, muy al modo que lo distinguió desde sus primeros años en la política como alcalde de Zapopan.
Desde ahí demostró que se puede gobernar escuchando, recorriendo las calles y conociendo de primera mano las necesidades de la gente. Hoy, esa forma de entender el servicio público se ha trasladado al ámbito estatal. Lemus no solo conserva su sello personal, sino que reafirma su apuesta por los proyectos de continuidad, aquellos programas que marcaron un antes y un después en Zapopan y que hoy se transforman en políticas públicas de alcance estatal.
Un claro ejemplo de ello es su enfoque hacia las niñas y los niños, una visión que comenzó hace más de una década en Zapopan y que coloca al centro a las infancias a través de tres ejes principales: educación, cultura y deporte. Entendiendo que, si ellas y ellos están bien, el futuro de Jalisco también lo estará.
También destacan estrategias como la expansión de los centros comunitarios Colmena, que han probado su eficacia en las zonas de mayor rezago social; los centros de autismo, que atienden a una población previamente desatendida por el sector salud; así como la recuperación de espacios públicos, como unidades deportivas y parques estatales, para fortalecer el sentido de comunidad y pertenencia.
Cuatro años después de haber concluido su administración en Zapopan, aún es común escuchar a las y los vecinos recordarlo con aprecio. Lemus dejó una huella profunda: un alcalde que caminó las colonias, que escuchó y que resolvió. Ese legado de cercanía sigue siendo hoy un eje estratégico del gobierno municipal y un ejemplo de continuidad en la gestión pública. El estilo Lemus, “bien y de buenas”, se sigue sintiendo en las calles de Zapopan y ahora en todo Jalisco. Su modelo de gobierno, basado en la eficiencia y los resultados, se refleja también en la administración de Juan José Frangie, consolidando una visión compartida que apuesta por el crecimiento y el bienestar, así como una verdadera opción de cambio.
En un contexto nacional de grandes incertidumbres y de desconfianza ciudadana hacia la política, Jalisco encuentra en Pablo Lemus un liderazgo distinto: cercano, sensible e incluyente. Un gobernador que no solo rinde cuentas, sino que inspira confianza.
En Zapopan y Guadalajara dejó su huella; hoy, le toca hacerlo en todo el estado, pero ahora, “al estilo Jalisco”.