Clima
25ºC
16 diciembre 2025
Héctor Ruiz López
Héctor Ruiz López
Profesor Investigador de la UdeG y analista Doctor en Estado de Derecho y Gobernanza Global, Maestro en Política y Gestión Pública, y en Derecho Constitucional.

Movimiento del sombrero

10 noviembre 2025
|
05:00
Actualizada
19:01

El ser humano es, ante todo, un ser de símbolos. Cree en ellos, deposita en ellos su fe, su esperanza y muchas veces, su dolor. Desde tiempos remotos hemos usado objetos para expresar lo que las palabras no alcanzan: una bandera, una flor, un listón, un color, una prenda. Los símbolos condensan emociones colectivas, dan forma visible a lo invisible y, en contextos de violencia o injusticia, se vuelven refugio, protesta y memoria.

El reciente movimiento del sombrero, surgido tras el asesinato del alcalde de Uruapan, Michoacán, ha cobrado una fuerza insospechada. Lo que comenzó como un gesto de duelo —el sombrero alzado en silencio— se ha transformado en una expresión nacional de hartazgo frente a la inseguridad, no necesariamente política, ni antisistema, ni antimorenista. Ese sombrero, que en vida acompañó al presidente municipal conocido como “El del Sombrero”, ha dejado de ser una prenda personal para convertirse en un emblema colectivo, un símbolo de dignidad frente a la barbarie.

Los pueblos, cuando se sienten heridos, buscan un signo que los una. El sombrero de Uruapan no sólo representa la pérdida de un líder, sino el cansancio de un país entero que parece acostumbrarse a la violencia. En su forma sencilla, evoca un reclamo profundo: la exigencia de justicia, de paz, de un gobierno que proteja la vida por encima de cualquier cálculo político. Ese gesto silencioso, multiplicado en miles de cabezas, expresa lo que la sociedad grita en el fondo: que el miedo ya no puede ser la norma.

La historia está llena de movimientos que nacieron envueltos en símbolos similares. El pañuelo blanco de las Madres de Plaza de Mayo en Argentina, el listón negro en los movimientos estudiantiles mexicanos, la flor de cempasúchil convertida en tributo nacional a las víctimas, o incluso la vela encendida en las marchas por los desaparecidos: todos son recordatorios de que los símbolos tienen poder porque nos recuerdan quiénes somos y qué no estamos dispuestos a perder.

El sombrero se suma hoy a esa larga tradición. Es un acto de memoria, pero también de resistencia. Es una forma de decir “basta” sin pronunciar palabra, de reclamar justicia cuando las instituciones callan, de encender conciencia cuando la costumbre amenaza con adormecernos. No es un gesto menor: es la reafirmación de una sociedad que, a pesar de la violencia, sigue encontrando maneras de levantar la cabeza.

Porque cuando los símbolos se vuelven movimiento, dejan de ser simples objetos y se transforman en voz. Y en este país donde la violencia parece hablar más alto que la ley, el sombrero se alza como recordatorio de que aún hay ciudadanos que no se rinden, que no se esconden, que siguen creyendo que la dignidad —como el sombrero— no se tira al suelo, se levanta.

*Las opiniones y contenidos en este texto son responsabilidad total del autor y no de este medio de comunicación.
Logo Quiero Tv
Canal de televisión que trasmite contenidos de noticias, deportes y entretenimiento por sistemas de paga desde 1994 y ahora por señal abierta en el canal 10.1 para el Área Metropolitana de Guadalajara.
Redireccion a facebook Quiero Tv
Redireccion a X Quiero Tv
Redireccion a instagram Quiero Tv
Redireccion a youtube Quiero Tv