Siempre he preferido ver el vaso medio lleno en lugar de medio vacío. Esta filosofía la aplico a muchas situaciones de la vida, y ahora me permitiré aplicarla a los logros y avances que, en nuestro Estado de Jalisco, hemos alcanzado en materia de inclusión y atención a las personas con discapacidad. Espero no olvidar ninguno, y si fuera el caso, o si quieren añadir algún otro, pueden dejarlo en los comentarios.
Mencionaré primero algunos progresos que considero significativos: un gran avance es que los temas de inclusión y atención a personas con discapacidad ya se encuentran presentes en la mayoría de las agendas públicas de nuestros gobernantes municipales y por supuesto en el gobierno del Estado; esto es un paso importante en las políticas públicas y programas sociales con presupuesto asignado para beneficiar a esta población.
Un ejemplo destacable es la creación, en los últimos años, de varios centros de autismo: dos en Zapopan, uno en Guadalajara, uno en el Teletón y la construcción de cuatro más en el interior del Estado, dando paso para una mejor atención a los niños y jóvenes que viven con esta condición.
No se ha dejado de atender, a través de los DIF y otras áreas de gobierno, las distintas necesidades de las personas con discapacidad. Ya contamos en el Estado con un programa de cuidados, un apoyo económico para el cuidador de las personas con discapacidad, y adultos mayores. Además, en algunos municipios, a través de las coordinaciones de combate a la desigualdad, se implementan programas que favorecen a este grupo vulnerable.
La Secretaría de Educación, a través de sus programas de educación básica, la Dirección de Educación Especial y la Dirección de Inclusión, velan por una educación inclusiva para niños y jóvenes con discapacidad. Además, se anunció recientemente que en el programa de rehabilitación de escuelas del Estado, se pondrá especial atención a los Centros de Atención Múltiple (CAM) que atienden a esta población.
También existe la Dirección de Inclusión del Gobierno del Estado, que depende de la Subsecretaría de Derechos Humanos. Por otro lado, es importante reconocer que la Comisión de Derechos Humanos de Jalisco, a través del Consejo de Atención a las Personas con Discapacidad, se reúne cada mes para revisar la situación y el trabajo que cada municipio realiza en favor de las personas con discapacidad.
A través de la Secretaría de Salud y el DIF Jalisco, se realizan esfuerzos para que todas las personas con discapacidad puedan obtener su certificado y credencial de discapacidad, lo que les permitirá acceder a programas y descuentos en algunos servicios.
Muchas veces he insistido en que lograr una sociedad más incluyente es tarea de todos y todas, no solo del gobierno, sino de la sociedad en general y por supuesto, de quienes vivimos esta condición. En este sentido, quiero remarcar los esfuerzos que se llevan a cabo por parte de algunas asociaciones de la sociedad civil, empresas, instituciones educativas privadas y otras instituciones, que buscan ser cada vez más inclusivas y que, de diversas formas, facilitan la vida de quienes viven con alguna discapacidad.
Ya no es extraño encontrar en los supermercados sillas de ruedas eléctricas o de traslado, que permiten a una persona con movilidad restringida o discapacidad física hacer sus compras y moverse por la tienda de manera autónoma.
Podemos constatar los avances en el transporte público: han llegado nuevos autobuses inclusivos, y el Macrobús, y el Macroperiférico cuentan con elementos de accesibilidad, en las unidades y en las estaciones.
En espacios públicos como el Conjunto de Artes Escénicas y la Biblioteca del Estado, encontramos apoyos no solo para personas con discapacidad física, sino también mensajes en braille y en NaviLens para personas ciegas. Estos ejemplos demuestran que el tema de la accesibilidad va cobrando cada vez más trascendencia y va creando conciencia en la sociedad en general.
Asistir a eventos donde existe intérprete de lengua de señas favorece la comunicación de las personas sordas, respetando su derecho a comunicarse en su lengua materna, últimamente en los eventos de gobierno a los que he asistido que exista un intérprete de lengua de señas es una constante.
Saber que cada vez más jóvenes con discapacidad no solo son aceptados en escuelas regulares, sino que también reciben apoyo para concluir sus estudios al mismo nivel que sus compañeros, y que cada día más personas con discapacidad consiguen un empleo bien remunerado y con prestaciones de ley, me ayuda a confiar en que, paso a paso, vamos construyendo una sociedad más justa y equitativa, sin importar la condición de vida de cada uno.
Aun así, existen un sinfín de áreas de mejora. No quiero ni debo cerrar los ojos ante lo que todavía puede ser mucho mejor. Mencionaré solo algunas situaciones.
Podría seguir así compartiendo avances, progresos y por otra parte, áreas de oportunidad y adeudos con la comunidad de personas con discapacidad, porque además cada uno habla según como le va en la feria.
No quiero terminar mi columna sin reconocer un punto que considero trascendental en donde he notado un cambio altamente significativo, y es la actitud positiva que muestran muchas personas al verte con discapacidad y ofrecerte ayuda, un acto sin duda de empatía y ánimo de hacerte sentir mejor; esta acción me renueva la fe y confianza de que sí podemos construir una mejor sociedad en la que todos tengamos un espacio y podamos decir que pertenecemos, por el simple hecho de ser personas.
Te leo en los comentarios, ¿tú opinas que el vaso está medio lleno o medio vacío?