Como se había anticipado, este lunes 24 de noviembre se realizaron bloqueos en diferentes puntos carreteros de todo el país. En Jalisco se contabilizaron cuando menos cuatro en importantes vías. Ante este fenómeno, sorprendió la respuesta del gobierno federal: La Secretaría de Gobernación, responsable de mantener el equilibrio en la política interna del país, acusó que “hay intereses políticos” detrás de las manifestaciones y afirmó, además, que no se justificaban los bloqueos.
Desde Palacio Nacional, la presidenta Claudia Sheinbaum aseguró que ha mantenido el diálogo con todos los inconformes y entre líneas, condenó los bloqueos.
Curiosamente, en diferentes espacios se aprobó que transportistas y productores agrícolas estaban plenamente justificados para realizar estas movilizaciones y bloquear carreteras porque sus demandas son justas.
Sorprenden argumentos como los de la presidenta Claudia Sheinbaum, al decir que las manifestaciones de apoyo y el aval que recibe al recorrer el país, le generan la confianza de que el gobierno está actuando correctamente, por lo que desacredita las voces de protesta que se presentan en diferentes espacios públicos.
Es normal que en su visión personal, por más informada que esté, la presidenta, igual que todos los que ocupan un poder ejecutivo, queden limitados.
Pero también es normal que ante la evidencia de las extorsiones, la inseguridad, el robo a transportistas y la reducción en los ingresos de los agricultores, unidos a la falta de acceso a la justicia y la impunidad, a amplios sectores sociales no les quede otra salida que manifestarse públicamente para obligar así a las autoridades a atender sus demandas.
Es curioso cómo una manifestación pública que se expresa en bloqueos y en la que están presentes diferentes grupos sociales, se presenta en el discurso oficial como una contienda de fuerza política. El gobierno federal pretende hacer ver que tiene la razón y quienes no están de acuerdo, carecen de ella.
Por otra parte, ¿cuál es el problema con que detrás de los agricultores o los transportistas, haya ideología de partidos? ¿Desde cuándo el derecho de protesta tiene que ser apartidista?
La presidenta Claudia Sheinbaum cuenta con un apoyo mayoritario. Es cierto. Las encuestas hablan de un porcentaje superior al 70 por ciento.
Pero las estadísticas de inseguridad y violencia, también muestran que la delincuencia es real y que los transportistas padecen más de 55 robos todos los días en las carreteras nacionales.
Que la presidenta sea aprobada y querida, no quiere decir que los problemas sociales desaparezcan. Y qué pobre actuación está teniendo la Secretaría de Gobernación, para atender a los inconformes y resolver problemas, en lugar de descalificarlos.