El sector de la construcción es fundamental para el crecimiento económico. Contribuye con el 7.2% del PIB total en México, genera 4.6 millones de empleos, con un importante efecto multiplicador sobre el resto de la economía, ya que adquiere insumos de al menos 20 sectores diferentes y 78 subsectores, es decir, consume insumos del 75% del total de subsectores de la economía, como por ejemplo: madera, acero, aluminio, cerámicas, vidrio, cemento, ladrillo, muebles de baño, tuberías, material eléctrico, plásticos, maquinaria y equipo; vehículos de transporte, transporte de materiales, servicios de diseño y arquitectura, créditos bancarios, etcétera.
La construcción tiene una larga cadena de suministro de valor y demanda el 15% del crédito bancario total destinado a empresas y de acuerdo con la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción, por cada peso gastado en el sector se generan aproximadamente 1.84 pesos adicionales en la economía, es decir casi el doble (efecto multiplicador).
De acuerdo con el Centro de Estudios Económicos del Sector de la Construcción en México, es el quinto sector que más riqueza genera y el sexto que más empleo genera con el 7.9% del total nacional con aproximadamente 4.6 millones de empleos.
Actualmente, dicho sector se encuentra en una fuerte contracción económica a nivel nacional y solo en 10 entidades federativas muestra crecimiento: Baja California, Baja California Sur, Guanajuato, Guerrero, Estado de México, Michoacán, Nuevo León, Sonora, Tamaulipas y Tlaxcala.
El subsector con la mayor caída ha sido el de la construcción de obras de ingeniería civil con una contracción del 21.8% a septiembre, y desde mayo del 2024 se ha venido contrayendo persistentemente.
La producción de las empresas constructoras ha disminuido persistentemente en áreas como edificación; agua, riego y saneamiento; urbanización; petróleo y petroquímica, es decir aquellas relacionadas con la inversión pública, en parte por la conclusión de importantes obras de gobierno del sexenio pasado como Dos Bocas y el Tren Maya, y por el inicio del sexenio actual y la consecuente curva de aprendizaje, sin olvidar la reducción del gasto público en inversión física para disminuir el déficit fiscal que a fin del sexenio anterior alcanzó el 5.9% del PIB y que se espera reducir alrededor del 4.3% en este 2025.
La inversión privada en el sector de la construcción también ha disminuido como resultado de la incertidumbre económica y política.
El índice de confianza empresarial en la construcción, reportado por INEGI, se encuentra en su nivel más bajo con respecto a la pregunta: “Si es el momento adecuado para invertir”. El valor reportado a agosto fue de 22.5 cuando lo ideal es estar por arriba del 50.
Por su parte los trabajadores afiliados al IMSS del sector de la construcción también se han venido reduciendo desde septiembre de 2024 de forma persistente y tan solo en el mes de agosto de este 2025 la caída fue del 7.8 por ciento.
Esta fuerte contracción en la industria de la construcción no residencial explica en parte la caída del -0.3% PIB del tercer trimestre de este año, ya que existe una relación muy estrecha con el sector de la construcción, de hecho, para nosotros los economistas es un indicador adelantado del rumbo que tomará la economía, por su fuerte efecto multiplicador e interrelación con otros sectores.