La presidenta Claudia Sheinbaum está cerrando el año con un golpe de timón; está anunciando un cambio de rumbo que aparentemente, la consolida como titular en Palacio Nacional (sólo aparentemente), pero que sí subraya una postura política: el enfrentamiento con la oposición será abierto y frontal, sin cortesías ni disimulos.
Pero además, se agota por completo el giro político interno en Morena. Adán Augusto López y Ricardo Monreal Ávila vuelven a ser los operadores oficiales del régimen en el Senado y en la Cámara Baja. Atrás quedan las confrontaciones internas… pero también como se apuntó antes, aparentemente.
El 6 de diciembre en el Zócalo de la Ciudad de México, ante una nueva multitud (la presidenta aseguró que eran 600 mil personas, aunque resulte poco creíble) convocada para celebrar el séptimo aniversario de la transformación, la presidenta comenzó su mensaje con dos claros retos: “la mayoría de los jóvenes del país están con la transformación”, en una clara respuesta a la Marcha de la Generación Z del pasado 15 de noviembre; y además, “desde 2019 se eliminaron las condonaciones de impuestos”, en alusión directa al empresario Ricardo Salinas Pliego y el movimiento que empieza a configurarse para impulsarlo políticamente, a partir de su confrontación por el cobro de decenas de miles de millones de pesos en impuestos no pagados.
La presidenta subrayó también, en un cierre de año que se perfila como de inmovilidad económica (no entra en crisis, pero tampoco avanza), que el salario mínimo volverá a crecer (13% a partir del 1 de enero de 2026) y que la inflación se mantiene bajo control, además de que crece la generación de empleo y se mantiene la inversión extranjera directa. Y agrega, igual que lo hacía siempre su antecesor, Andrés Manuel López Obrador, que “el peso es una de las monedas más respetadas en el mundo”. Todas son, sin embargo, afirmaciones que se quiebran cuando pasan por el tamiz de la ciencia económica, pero en un discurso político y populista impactan definitivamente.
En un último golpe de autoridad, Claudia Sheinbaum reiteró que hay campañas pagadas en redes sociales; ataques y desacreditaciones en medios de comunicación y en el discurso de los opositores neoliberales y conservadores, pero a pesar de eso “no vencerán al pueblo de México y a su presidenta”. ¿Es mensaje también para Andrés Manuel López Obrador, quien se presentó como vigilante y protector de la presidenta cuando apareció para anunciar su nuevo libro?
En ese panorama, y después de encontrarse con Donald Trump y Mark Carney, está cerrando el año la presidenta.