Guadalajara volverá a recibir la Copa Mundial de Futbol. Más que un acontecimiento deportivo, será la oportunidad de consolidar una visión que inició hace más de una década, y que hoy promete transformar la ciudad hacia adentro y proyectarla hacia afuera.
El día que se anunció que Guadalajara sería sede del Mundial de Futbol 2026, Juan José Frangie, presidente municipal de Zapopan, recordó cómo, años atrás, cuando aún era director general de Chivas, el empresario Jorge Vergara y él habían visualizado la posibilidad de convertir el Estadio Akron en un recinto capaz de volver a recibir el evento deportivo más importante del planeta.
Tiempo después, Pablo Lemus, entonces alcalde de Zapopan, y Frangie como su jefe de Gabinete, se encargaron de elaborar los libros oficiales de candidatura para la FIFA, en los que se detallaron las capacidades técnicas, logísticas e infraestructura de la ciudad para albergar un evento de talla mundial.
Hoy, diez años más tarde, aquella visión se ha materializado. Guadalajara —y Zapopan, para ser precisos— será sede por tercera ocasión de una Copa del Mundo. Los años pasaron, pero la visión permanece: Pablo Lemus será anfitrión como gobernador de Jalisco y Juan José Frangie como alcalde de Zapopan y coordinador de la organización del Mundial de Futbol para la sede Guadalajara. Su propósito es claro: dejar un legado para el Estado y el municipio, alejándose de las malas prácticas que han endeudado ciudades y construido “elefantes blancos”.
Los gobiernos estatal y municipal apostarán por potenciar las bondades del llamado “Estado más mexicano” y posicionar a Jalisco en el plano internacional como un territorio líder, competitivo e innovador. Hacia adentro, el compromiso es que las y los ciudadanos cuenten con mejoras urbanas en infraestructura, movilidad y espacios públicos, al tiempo que disfrutan de una celebración deportiva y cultural sin precedentes.
Desde Zapopan ya se prepara la “Ruta Mundialista”: una verbena deportiva y cultural que visitará cada semana diferentes colonias del municipio, desde ahora y hasta el inicio del Mundial. La intención es que la celebración no quede concentrada en unos cuantos, sino que se viva y disfrute en toda la ciudad, sin distinción. En un giro que parece una coincidencia histórica, como hace 16 años, México volverá a enfrentar a Sudáfrica en el partido inaugural. Javier Aguirre repetirá como director técnico; Rafa Márquez, quien anotó el gol del empate en aquel partido de 2010, ahora estará en la banca como auxiliar.
En aquel entonces, Pablo Lemus y Juan José Frangie trabajaban en la candidatura; hoy recibirán la Copa del Mundo como anfitriones. En esta ocasión, la sede mundialista llega acompañada de una ambición mayor: transformar nuestra ciudad con visión a futuro. Si algo ha demostrado Jalisco es que puede competir en las grandes ligas cuando une liderazgo, trabajo y compromiso ciudadano.
El Mundial de 2026 no será solo un torneo de futbol: será una nueva oportunidad para demostrarle al mundo como se vive el futbol al estilo Jalisco.