Clima
25ºC
16 diciembre 2025
Nora Ampudia
Nora Ampudia
Profesora Investigadora de tiempo completo en la UP. Doctorado en Economía por la UNAM.

Del trauma de la devaluación a la flotación del peso: ¿Quién gana y pierde con un peso fuerte?

16 diciembre 2025
|
05:00
Actualizada
16:50

Hoy el dólar amaneció por debajo de los $18.00, cotizando los $17.98. Ello significa que el peso se ha apreciado. Si bien depreciación y devaluación generan las mismas problemáticas, sus orígenes son diferentes.

Como su nombre lo dice, devaluar hace referencia a un valor, y todo valor es subjetivo, de forma que las devaluaciones del peso se presentaban cuando era el gobierno el que, de acuerdo con diversos criterios, fijaba el precio del dólar. En cambio, la depreciación hace referencia al precio que es determinado por oferta y demanda, así que, desde el 22 de diciembre de 1994, el peso se deprecia o aprecia, y no devalúa o revalúa. Es decir, ya casi 32 años que es incorrecto decir devaluar o revaluar.

Aquellas devaluaciones, basadas en criterios de especialistas fueron realmente traumáticas. La primera, después de 22 años de tener un tipo de cambio fijo de $12.50 de 1954 a 1976, en un solo día pasamos de $12.50 a $20.50 pesos por dólar (viejos pesos), esto es ¡una devaluación del 64% en un solo día! Como resultado, se estableció un régimen cambiario de flotación controlada del 1 de septiembre de 1976 al 5 de agosto de 1982, en dicho período la devaluación fue del 138 por ciento.

Entre el 6 de agosto de 1982 y el 31 de agosto de ese año, pasamos a un sistema cambiario múltiple con ¡tres precios para el dólar! a) el general: para transacciones comerciales no básicas, financieras y turismo; b) el preferencial: para pagar importaciones prioritarias, deuda externa y bienes básicos y tratar disminuir el impacto inflacionario; y c) el mex-dólar: para convertir depósitos bancarios en dólares y proteger al ahorrador, así como evitar las corridas bancarias. Esto último favoreció la fuga de divisas y en un solo mes la devaluación del tipo de cambio general fue del 38%, por ello, en el último informe presidencial de José López Portillo, se procedió a congelar las cuentas bancarias en dólares, establecer el control generalizado de cambio y la nacionalización de la banca, con el objetivo de evitar la fuga masiva de capitales y el fenómeno especulativo contra el peso. De esta forma existió un control total sobre compra, venta y transferencia de divisas, requiriendo la autorización del Banco de México para cualquier operación en moneda extranjera. 

La medida duró poco, de septiembre a diciembre de 1982, porque generó mercados negros y fuertes impactos económicos.

El nuevo presidente, Miguel de la Madrid, relajó el control de cambios y mantuvo por casi tres años tres cotizaciones para el dólar: el controlado, el especial y el libre, pero para el 4 de agosto de 1985, la devaluación fue de 196% para el controlado, de 302% para el especial y, 131% para el libre. 

A partir de agosto de 1985 pasamos a un régimen de flotación regulada con 2 precios para el dólar: el controlado de equilibrio y el libre, que duró 6 años hasta el 10 de noviembre de 1991, para entonces la devaluación fue de 988.6% para el controlado de equilibrio y 791.8% para el libre.

Para el 11 de noviembre de 1991, pasamos a una banda cambiaria con un precio máximo y mínimo para el dólar, el techo de la banda (precio máximo) se deslizaba diariamente 20 centavos de viejos pesos, al principio, y luego se incrementó a 40 centavos diarios, pero dentro de la banda el precio del dólar se determinaba por oferta y demanda; era un régimen de transición que mezclaba un régimen parcial de libre cambio con uno controlado. 

Con la crisis bancaria de 1994, y el error de diciembre, ante la insuficiencia de reservas internacionales para estabilizar el tipo de cambio, pasamos, por necesidad, a un régimen de libre cambio, y al mostrar mayor estabilidad y adaptabilidad se decidió continuar con él.

Desde el 22 de diciembre de 1994, tenemos un régimen de libre flotación, y en condiciones extraordinarias de volatilidad y problemas de liquidez, el banco central puede intervenir con ventas o compras de reservas internacionales, o como recientemente, con coberturas cambiarias.

Aquellas drásticas devaluaciones generaron: hiperinflación, quiebre de empresas, pérdidas de empleo, crisis económicas, de deuda externa y políticas de austeridad con el consabido ajuste del gasto público, con importantes efectos en la pobreza y la desigualdad, y eso es lo que hace pensar a los mexicanos, e incluso al gobierno, que un peso fuerte genera únicamente beneficios, sin embargo, como todo precio y variable de distribución, hay perdedores y ganadores.

Con un peso fuerte los ganadores son los importadores, que si antes pagaban $20.00 por dólar hoy pagan $18.00; también gana el gobierno y las empresas con deuda externa, y las familias que envían remesas al extranjero.

Los grandes perdedores son los exportadores, que facturan en dólares y por cada dólar reciben menos pesos; las personas más pobres que reciben remesas en dólares; las nuevas inversiones extranjeras porque cada dólar compra menos maquinaria, equipo, terrenos, mano de obra y le alcanza menos para los impuestos; los hoteles y restaurantes en zonas turísticas, fondos de inversión en dólares, asegurados con primas en dólares, etc.

En general, un peso fuerte también mantiene baja la inflación, porque en México 90% de lo que importamos es maquinaria, equipo y materia prima.

 

*Las opiniones y contenidos en este texto son responsabilidad total del autor y no de este medio de comunicación.
Logo Quiero Tv
Canal de televisión que trasmite contenidos de noticias, deportes y entretenimiento por sistemas de paga desde 1994 y ahora por señal abierta en el canal 10.1 para el Área Metropolitana de Guadalajara.
Redireccion a facebook Quiero Tv
Redireccion a X Quiero Tv
Redireccion a instagram Quiero Tv
Redireccion a youtube Quiero Tv