Mirza Flores

Al realizar el balance del primer año de la administración del gobernador Pablo Lemus, es necesario ir más allá de la coyuntura para analizar el fondo de nuestra política estatal. En un contexto nacional donde la polarización suele dictar la agenda, en este primer año de trabajo demostramos que el diálogo y el consenso son el único camino viable para construir un mejor Jalisco.
Hemos entendido que gobernar “al estilo Jalisco” no es un eslogan, sino una metodología que implica estar cerca de la gente para escucharles, pero sobre todo, para resolver sus necesidades. La empatía sin resultados es demagogia; por eso, la política social de este gobierno ha transitado del asistencialismo a la reconstrucción del tejido comunitario, interviniendo espacios públicos y centros comunitarios allí donde el olvido había ganado terreno.
Esta administración se ha caracterizado por una premisa fundamental: En Jalisco trabajamos a diario y de frente a la gente, porque aquí venimos a resolver. Un ejemplo contundente ha sido la respuesta estatal ante el deterioro de la red carretera federal. Ante el recorte de recursos de la federación para mantenimiento, el gobierno de Jalisco no se cruzó de brazos; invirtió recursos propios para implementar un programa emergente de bacheo. Al ciudadano no le importan las jurisdicciones, le importa su seguridad y el gobierno estatal asumió esa responsabilidad para evitar el colapso logístico y proteger a las familias.
Estos resultados son fruto de unidad, liderazgo y un rumbo claro. Gracias a esta alineación de esfuerzos entre el sector productivo, la sociedad civil y el gobierno, Jalisco se mantiene como una tierra de paz política y resultados. La estabilidad de la que gozamos genera confianza, lo que se traduce en indicadores económicos sólidos y crucialmente, en una mejora sostenida en la percepción de seguridad, tal como lo reflejan las últimas mediciones del INEGI, que muestran una tendencia a la baja en la incidencia delictiva gracias a la coordinación operativa.
Sin embargo, el carácter de un gobierno se prueba en la dificultad. Las y los jaliscienses somos echados para adelante y nos mantenemos unidos en las buenas y en las adversidades. Lo demostramos al enfrentar la crisis hídrica más severa de los últimos tiempos. Lejos de paralizarnos, se concretaron las obras hidráulicas necesarias para garantizar el abasto de agua para las próximas décadas y se impulsaron programas de captación pluvial que hoy son modelo nacional.
El primer año ha sentado las bases, pero el trabajo continúa. Con la Línea 4 del Tren Ligero como una realidad que conecta vidas y el Mundial 2026 en el horizonte, el mensaje es inequívoco: aquí en Jalisco no nos rajamos y trabajamos día con día por un mejor futuro para todas y todos. en Jalisco, estamos en buenas manos.

Mirza

El primer año de gobierno al estilo Jalisco

Las últimas semanas fueron un ejercicio de rendición de cuentas para Movimiento Ciudadano en Jalisco. Gobernantes y legisladores presentaron sus informes mostrando, con obras y cifras verificables, el compromiso que mantienen con las personas a las que representan. Ahora toca a la estructura interna del partido consolidarse con una meta clara hacia el futuro: los comicios de 2027. Esta reorganización del proyecto político naranja, que ha demostrado su capacidad de cambiar realidades para bien, está por enfrentar el reto más importante de su historia.
El pasado viernes 28 de noviembre, los pilares más importantes en la representación territorial de nuestro movimiento asumieron su responsabilidad como titulares de los comités municipales de la Zona Metropolitana de Guadalajara: Naraly González en Zapopan, Juan José Ramos en Guadalajara, Thania Morales en Tlajomulco de Zúñiga, David Hernández en San Pedro Tlaquepaque, Agustín Ordóñez en Tonalá y Marizabeth Villaseñor Tapia en El Salto, son los nombres que encabezarán la construcción de las victorias que se vienen. 
La presencia de nuestro presidente nacional, Jorge Álvarez Máynez, en esta toma de protesta, ratifica el respaldo a la estrategia territorial que estamos construyendo en Jalisco. Quienes hoy asumen estos cargos lo hacen entendiendo que el municipio es la trinchera donde se defiende la dignidad de las familias jaliscienses
En sus manos está la tarea de organizar, capacitar y movilizar a miles de ciudadanos que creen en un Jalisco libre de autoritarismos y comprometido con su bienestar. La renovación de los comités municipales cobra sentido, porque se convierte en el eslabón que une a nuestros gobiernos con la ciudadanía; es ahí, en ese vínculo cotidiano, donde reside la posibilidad de mantener a Jalisco como el bastión del cambio en México.
Eventos como este confirman que lo que nos diferencia de otros proyectos políticos son los valores que sustentan una propuesta programática y democrática que sabe gobernar con medidas y resultados.
Cuando el centro prioriza intereses que derivan en prácticas autoritarias, nosotros hemos construido hospitales, parques, sistemas de transporte y políticas educativas que dan prosperidad. Son estos valores los que fortalecen la legitimidad institucional desde el territorio, desde el contacto directo con las necesidades reales de la gente, y los que nos alejan de cualquier ruta autoritaria.
La llegada de nuevas generaciones al frente de nuestros comités reafirma que no perdemos de vista el peso del municipio en la disputa electoral. Por años, la política nacional menospreció al gobierno local, pero en Jalisco asumimos desde el inicio que es en el municipio donde se ganan o se pierden las batallas por la confianza ciudadana. Cada calle pavimentada, cada luminaria instalada, cada patrulla que recorre un barrio, genera credibilidad; una credibilidad que ningún dogma partidista puede suplir. Por eso, los comités que hoy inician funciones tienen una misión estratégica: convertir la gestión eficaz en capital político legítimo y hacer que los resultados de gobierno se traduzcan en razones para confiar en una alternativa distinta a Morena.
La identidad política que ha evolucionado con cada administración y que hoy encabeza el gobernador Pablo Lemus, sintetiza lo que llamamos “Al Estilo Jalisco”: un conjunto de valores que Morena no puede representar. Jalisco es trabajo, es inversión productiva, es respeto a la pluralidad y, sobre todo, es el ejemplo de los buenos gobiernos.
La construcción del mejor sistema de salud del país, la atracción de empleo y la defensa de la autonomía de nuestras instituciones frente a las prácticas centralistas, revelan un carácter genuinamente jalisciense. Ese carácter no se negocia ni se adapta a conveniencias electorales; es la esencia de lo que somos y la razón por la cual la ciudadanía sigue confiando en este proyecto que nació hace 16 años y hoy gobierna con visión distinta.
P.D.: A quienes asumieron esta responsabilidad directa con la democracia de Jalisco, les reitero mi respaldo y la invitación permanente a escuchar a las bases defendiendo nuestros valores. La legitimidad de nuestro movimiento depende de mantener vivo el diálogo con quienes, día a día, sostienen la vida comunitaria con su trabajo. Que la estructura partidaria no se convierta nunca en un círculo cerrado, sino en un espacio abierto a las voces ciudadanas. 
El camino hacia 2027 se empieza a construir hoy, en cada municipio, en cada colonia y en cada conversación con un vecino que nos recuerda por qué vale la pena defender a Jalisco.

Los valores que nos dan la confianza ciudadana

En México sobran palabras sobre la violencia de género. Cada 25 de noviembre las declaraciones inundan los medios y las promesas se acumulan en discursos. Lo que debe garantizar el Estado —y quienes tenemos responsabilidades públicas— son instituciones que protejan, políticas públicas que funcionen y espacios donde la seguridad de las mujeres sea prioridad. 
En Jalisco, desde Movimiento Ciudadano, hemos asumido que gobernar con perspectiva de género no es una pose: es una obligación ética y política. Por eso, este mes realizamos dos actividades que demuestran cómo entendemos este compromiso. El 22 de noviembre, junto al Tecnológico de Monterrey Campus Guadalajara, llevamos a cabo el taller &#8220;Del espacio público al digital: nuevas formas de violencia política de género&#8221;, un ejercicio necesario para entender que la violencia contra las mujeres en política ha encontrado en las redes sociales un terreno fértil para perpetuarse.
El 25 de noviembre presentamos en Casa Ciudadana el artículo &#8220;El peso del cuidado, desigualdad política en clave de género&#8221;, un análisis que evidencia cómo las tareas de cuidado siguen siendo la cadena invisible que limita la participación política plena de las mujeres. Estos eventos no fueron actos protocolarios para cumplir con la agenda del 25N; fueron espacios donde abordamos la desigualdad de género en política desde sus causas reales, con la claridad de que exigen diagnósticos precisos y soluciones estructurales.
Como partido en el gobierno, asumimos que el compromiso debe demostrarse con acciones sostenidas, no solo con discursos. Hemos fortalecido los refugios para mujeres víctimas de violencia, capacitado a funcionarios públicos en protocolos de atención con perspectiva de género y creado mecanismos de protección efectivos para mujeres en riesgo. Desde el partido, implementamos protocolos contra la violencia política de género que garantizan que nuestras militantes, candidatas y funcionarias puedan ejercer sus derechos sin intimidación ni amenazas.
Pero la honestidad política obliga a reconocer que no podemos declarar victoria. El 25N no es una celebración; es un recordatorio doloroso de que la tarea está lejos de concluir.
La violencia contra las mujeres no es un problema de mujeres: es un problema de sistema, de cultura, de estructuras que durante siglos han normalizado la subordinación femenina. Combatirla requiere más que buenas intenciones; exige voluntad política, instituciones sólidas y una sociedad dispuesta a transformarse para garantizar igualdad y justicia.
La agenda de género incomoda porque desafía el statu quo, porque implica redistribuir el poder y porque obliga a las instituciones a cambiar de raíz. Nosotras asumimos esa incomodidad como parte de nuestro compromiso.
El camino es largo y las resistencias enormes, pero cada mujer que participa en política sin miedo, cada víctima que encuentra justicia y cada niña que crece sabiendo que puede decidir su futuro sin condicionamientos de género, son victorias que justifican la lucha.
Este 25N recordamos que cada mujer libre de violencia es un logro colectivo, y cada mujer violentada es una herida que nos exige redoblar el paso. La lucha continúa, y continuará mientras sea necesario.

25N: días naranjas

Volvemos al tema porque la realidad nos obliga. Ya habíamos advertido anteriormente sobre el uso del dinero público como una herramienta para doblar voluntades, lo que llamamos el presupuesto del sometimiento. Sin embargo, las recientes declaraciones de una legisladora federal del oficialismo nos obligan a poner el dedo en la llaga una vez más. Su insistencia —esa cantaleta de que &#8220;el dinero sí está, pero no se ve&#8221;— confirma nuestras peores sospechas.
Nos quieren vender una idea peligrosa: dicen que no nos preocupemos porque los recursos para Jalisco están guardados en unas &#8220;bolsas generales&#8221; en la Ciudad de México. Aseguran que, aunque el dinero no tenga el nombre de nuestro Estado escrito en el papel, llegará mágicamente cuando se necesite. En términos sencillos, nos piden que confiemos ciegamente en que el gobierno federal, que ha castigado sistemáticamente a quienes no se alinean, ahora será generoso por pura buena voluntad.
Esto no es una estrategia administrativa, es una trampa. Al dejar el dinero en una bolsa común sin etiquetar, la federación se queda con todo el poder de decisión. Ellos deciden si mandan el dinero, cuándo lo mandan y a cambio de qué. A esto se le llama opacidad: borran las reglas claras para poder manejar los recursos a su antojo.
No se trata de pleitos entre partidos ni de &#8220;politiquería&#8221;, como les gusta decir para desviar la atención. Se trata de la carretera federal que la población usa todos los días y que está llena de baches. Se trata de los hospitales que no tienen medicinas suficientes. Negar que Jalisco recibe un trato injusto es querer tapar el sol con un dedo. Nuestro Estado aporta muchísimo dinero a la riqueza de todo el país, pero lo que nos regresan son migajas y promesas vacías.
El gobierno federal quiere asfixiar a la administración local para que fallen los servicios, y luego llegar ellos como &#8220;salvadores&#8221; a arreglar lo que ellos mismos dejaron caer. Pero quienes pagan los platos rotos de este juego de poder son los ciudadanos, no los políticos.
Estamos ante una cuenta regresiva y el tiempo pondrá a cada cual en su lugar. La legisladora ha empeñado su palabra diciendo que los fondos llegarán. Veremos al final del año si es verdad. Si esas famosas &#8220;bolsas generales&#8221; no se convierten en asfalto real y en seguridad para nuestros municipios, se tendrán que tragar sus palabras. Lamentablemente, para entonces, el daño a nuestra economía y a nuestra gente ya estará hecho. Lo que está en juego son las necesidades reales de Jalisco, y esas no se arreglan con discursos bonitos ni con promesas sin firmar.

La trampa de las “bolsas generales”: ¿Dónde está el dinero de Jalisco?

El Presupuesto de Egresos de la Federación 2026 no es un documento técnico; es una declaración política. Y la declaración de Morena y el Gobierno Federal es clara: castigar a Jalisco por ser productivo, por pensar diferente y por negarse a la sumisión.
La cifra de 156 mil millones de pesos que presumen los voceros de Morena no es un logro; es una trampa. Es el espejismo que usan para esconder el cuchillo. Como bien dijo el gobernador Pablo Lemus, &#8220;no hay buenas noticias&#8221;. Ese dinero es, en su mayoría, gasto operativo: nóminas de maestros y participaciones municipales que llegan por ley, no por generosidad.
Pero donde se revela el dolo, donde se exhibe el castigo quirúrgico, es en las partidas de inversión. Ahí es donde nos están frenando. No es un olvido, es un mensaje político dejar en CERO pesos los fondos para el proyecto de agua de El Zapotillo. Es un CERO para la movilidad de la Línea 5. Es un recorte del 5% al mantenimiento de carreteras federales. Es un insultante aumento del 1.6% a la Universidad de Guadalajara, una cifra muy por debajo de la inflación, que en la práctica es un recorte real a nuestros estudiantes.
Morena está asfixiando a Jalisco. La defensa de sus diputados es aún más ofensiva que el propio recorte. Salen a decir que el dinero no está etiquetado, sino en una &#8220;bolsa concursable&#8221; nacional. Seamos claros: lo que el centralismo llama &#8220;gestionar&#8221; es, en realidad, &#8220;rogar&#8221;.
Este es el nuevo centralismo. Quieren cambiar el federalismo por el clientelismo. Quieren cambiar la asignación de recursos por derecho, por la asignación de favores por obediencia. Quieren gobernadores que gestionen sumisión, no gobernadores que exijan justicia. Y mientras la Federación abandona sus responsabilidades, obliga a Jalisco a una doble tributación.
A los jaliscienses nos cobran dos veces: una con los impuestos federales que se van y no regresan, y otra con los impuestos estatales que ahora deben usarse para construir la infraestructura que Morena nos negó. Jalisco es el motor de México, aporta el 7.5% del PIB y el 8.5% del empleo formal.
No pedimos limosnas, exigimos lo que nos corresponde.
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El presupuesto del sometimiento

Jalisco avanza porque ha sabido mantener el rumbo cuando otros persiguen intereses ajenos a las demandas ciudadanas. El primer año del gobierno de Pablo Lemus muestra a un Estado que no improvisa, que entiende la gestión pública como un ejercicio de planeación, cercanía y resultados. La meta no ha sido otra que mejorar la calidad de vida de las personas.
La decisión de defender el sistema estatal de salud fue el punto de partida de una política responsable. Mientras en otras entidades los servicios se desmantelaron por decisiones centralistas, aquí se fortalecieron los hospitales, se modernizaron los centros de atención y se amplió la cobertura médica de la mano de la Universidad de Guadalajara. Cuidar la salud de los jaliscienses significó proteger su autonomía y esa determinación se ha convertido en una de las fortalezas del gobierno y del sistema educativo.
Jalisco también avanza porque invierte en su futuro. La educación es el corazón de esa estrategia. Los programas de mejora en infraestructura, la apuesta por la formación docente, los proyectos de vinculación con el sector productivo y las escuelas de tiempo completo muestran que la educación es la herramienta más importante para construir desarrollo de largo plazo si se administra con profesionalismo. De ahí surge una generación que encuentra oportunidades y un entorno económico que las aprovecha.
El crecimiento no llega solo, es el resultado de una agenda clara que promueve la inversión, la confianza institucional y el desarrollo de infraestructura moderna que ha llevado al Estado a mantener el liderazgo como motor industrial y tecnológico del país, con empleos que generan bienestar y consolidan la estabilidad de la región desde hace años. Hablamos de 933 millones de dólares en Inversión Extranjera Directa durante los primeros seis meses del año en curso y la instalación de las empresas nacionales mejor consolidadas del mercado.
La infraestructura ha sido otro motor del avance de Jalisco. En este primer año, el gobierno estatal ha impulsado obras que fortalecen la conectividad, modernizan las vialidades y mejoran la movilidad tanto en el Área Metropolitana como en las regiones del interior. La Línea 4 del tren avanza como una de las obras más significativas del sexenio, al conectar a miles de trabajadores con sus centros de empleo y reducir los tiempos de traslado. Paralelamente, la rehabilitación de carreteras estratégicas como la Guadalajara–Colotlán, la Autlán–Barra de Navidad y los accesos a Lagos de Moreno o Tepatitlán refuerzan la integración regional y potencian la actividad económica. Además, la preparación para el Mundial de 2026 ha acelerado inversiones en toda la capital, que dejarán beneficios duraderos y posicionarán a Jalisco como un referente de desarrollo en México.

Pablo Lemus ha recorrido el Estado para escuchar, atender y resolver con determinación las principales demandas. Esto le ha valido refrendar la confianza de las y los jaliscienses, y así lo demuestra la última encuesta de Grupo Reforma (72% de aprobación), que ratifica la certidumbre que tenemos sobre nuestro gobernador.

En temas complejos como la seguridad, ha mostrado un compromiso permanente. Se ha invertido en más patrullas, mejor equipamiento, en profesionalización policial y coordinación con las fuerzas de seguridad. La atención del doloroso tema de las personas desaparecidas ha sido prioridad para el gobernador desde el día uno de su gobierno. En el proyecto de Presupuesto de Egresos 2026 esta agenda tuvo un incremento de más de mil 300 millones de pesos, reflejo del compromiso con este sector.
El avance de Jalisco se sostiene en la unidad de un proyecto político que ha sabido mantenerse firme y coherente. Movimiento Ciudadano respalda una visión compartida que busca el cambio positivo y constructivo para la sociedad. Esa cohesión permite que el gobierno se enfoque en lo esencial, que es generar bienestar y mantener la estabilidad de las familias. El Estado avanza porque no se detiene ante los retos, porque invierte en su gente y porque tiene claro que el progreso no se decreta; se construye cada día entrándole “Al Estilo Jalisco”.
P.D.: Lamento profundamente el asesinato del presidente municipal de Uruapan, Carlos Manzo. Una vez más, el Estado dejó solo a un alcalde frente a la violencia que desangra al país. Su muerte se suma a la larga lista de autoridades locales víctimas de la impunidad y de las complicidades que Morena ha tolerado con el crimen organizado. No es un hecho aislado, es el reflejo de un gobierno que ha renunciado a proteger a quienes sirven desde lo público. Toda mi solidaridad, respeto y respaldo a Grecia Quiroz, viuda de Carlos Manzo y nueva alcaldesa de Uruapan.

¿Por qué Jalisco sí avanza?

En Movimiento Ciudadano Jalisco estamos convencidos de que la política se hace en territorio y con la gente. Por eso hemos iniciado un proceso estratégico que marcará el rumbo del proyecto político que defendemos: la renovación y fortalecimiento de nuestras coordinaciones municipales. 
Los que conocen este movimiento saben que no creemos en el activismo de temporada ni en estructuras que solo se activan en tiempo electoral. Creemos en el trabajo permanente, en construir comunidad y en dar la cara en territorio, municipio por municipio, comunidad por comunidad. Lo dije y lo sostengo: es el inicio de una nueva etapa de organización y expansión territorial rumbo al 2027.
En días recientes tomamos protesta a las nuevas comisiones municipales en Acatic y Acatlán de Juárez, y esta misma semana continuamos en Encarnación de Díaz (La Chona) y Villa Hidalgo, para después recorrer más de 30 municipios durante las próximas semanas. No es casualidad ni una gira improvisada; es parte de una estrategia territorial diseñada para fortalecer a las estructuras, escuchar a la ciudadanía y reorganizar nuestro movimiento desde lo local.
Hoy en Jalisco, más de 60 liderazgos municipales han asumido la responsabilidad de coordinar las estructuras de Movimiento Ciudadano en sus municipios. Son mujeres y hombres libres que no vienen a levantar la mano para la foto, sino a defender causas, a trabajar con honestidad y a construir desde la tierra. Sé muy bien lo que implica pedirles compromiso pues representa disciplina, trabajo permanente y carácter. La política no es para los tibios ni para los que se rinden ante la primera adversidad.
Asumo con claridad que el reto que tenemos enfrente es enorme: defender Jalisco del proyecto político que hoy amenaza libertades, instituciones y el desarrollo económico del país. Morena representa el intento más grave de control político centralista de las últimas décadas. Nosotros representamos exactamente lo contrario: la defensa de la libertad, del federalismo, de las causas ciudadanas y del derecho de las personas a construir su propio futuro. 
Gobernar bien no es suficiente si no lo defendemos con organización. Porque los buenos gobiernos naranjas hablan con hechos, pero la política también se disputa en la narrativa pública y en la cercanía con la gente. Queda claro: no vamos a permitir que Jalisco pierda lo que ha construido con tanto esfuerzo.
Nuestro objetivo es firme y está definido: retener los municipios que hoy gobernamos, recuperar las ciudades medias y ganar más municipios del interior del Estado. Lo vamos a lograr porque tenemos liderazgos, estructura y el movimiento político más sólido de Jalisco. 
A todas y todos los que hoy toman un cargo en Movimiento Ciudadano quiero decirles algo muy claro: esto no es un nombramiento, es una responsabilidad con la historia. Estamos llamados a defender Jalisco. Y lo vamos a hacer.

Estamos listas y listos

Los recientes acontecimientos en el Senado de la república son la confirmación de lo que hemos venido advirtiendo desde Movimiento Ciudadano: el régimen morenista ha perfeccionado la narrativa de la incongruencia y ha reemplazado la “honradez” que tanto se quieren apropiar por la soberbia del poder y una corrupción que se justifica o se minimiza.
Lo que hemos presenciado es la exhibición de dos personajes que ejemplifican los peores vicios de la vieja política: Adán Augusto López y Gerardo Fernández Noroña.
El caso del senador Adán Augusto López Hernández, coordinador de la bancada de Morena, es de los más notorios. Las acusaciones en su contra, que van desde presuntas irregularidades fiscales hasta posibles vínculos con la delincuencia organizada, evidencian la falta de controles institucionales o permisividad dentro del oficialismo. Según las investigaciones, López Hernández habría recibido 79 millones de pesos de empresas privadas entre 2023 y 2024 que no fueron reportados en sus declaraciones patrimoniales. Esta discrepancia entre lo declarado ante el Senado y lo registrado ante el SAT ha derivado en al menos 37 denuncias ante la Fiscalía General de la República por irregularidades que, en conjunto, ascienden a casi 800 millones de pesos durante su gestión como gobernador de Tabasco de 2019 a 2020.
A ello se suma la relación con su entonces secretario de Seguridad, Hernán Bermúdez Requena, presuntamente vinculado con la organización criminal “La Barredora”. La simultaneidad entre su nombramiento y la aparición de esta estructura delictiva pone en evidencia los riesgos de un ejercicio del poder sin supervisión, sin contrapesos efectivos y con una tendencia a las omisiones que se agudizan con el nepotismo al interior del partido.
La reacción del gobierno federal ha sido insuficiente. La presidenta Claudia Sheinbaum limitó su comentario a llamar al senador que “aclare” su situación, sin comprometer una postura institucional propia de la presidencia de la República. 
Estoy de acuerdo con el comunicado emitido por el Sistema Nacional Anticorrupción que pide que se investigue a López Hernández por la simple investidura que implica ocupar un escaño de senador y estar cargando con acusaciones tan graves. Hay que cuidar nuestras instituciones, México merece un Senado compuesto por personas íntegras con la legitimidad política necesaria para representar, no por perfiles que se aprovechan del fuero para vivir.
En la misma Cámara Alta, el senador Gerardo Fernández Noroña anunció que pedirá licencia a partir del 24 de octubre, justificando que irá a defender la causa palestina. Noroña, quien ha sido señalado previamente por sus lujos, viajes costosos y una casa irregular de 12 millones de pesos que contrastan con la supuesta &#8220;austeridad franciscana&#8221; de Morena, vuelve a anteponer los intereses personales sobre su deber legislativo.
En política los tiempos importan mucho. La licencia se presenta a la mitad de un momento de dificultades mediáticas y falta de legitimidad para el senador Noroña. ¿Será que es tiempo de que está estrategia de distanciamiento la comienece a considerar López Hernández para alejarse del bullicio que tanto lo acusa? 
Si estuvieran más cerca de las causas de la población, se darían cuenta que el país exige justicia, transparencia y resultados, no una puesta en escena para mantener una burbuja de poder que se aleja cada día más de la gente.

Noroña ya, ¿y Adán cuándo?

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El bien de Jalisco y Guadalajara no se regatean

La política, en su definición más noble y pragmática, no es el arte de señalar problemas, sino la disciplina de resolverlos. La administración pública requiere, ante todo, creatividad. Es el ímpetu de intentar nuevas rutas donde otros sólo ven obstáculos, buscando siempre aquellas decisiones que detonen el mayor impacto positivo en la vida de las personas. Hoy, Tlajomulco es el escenario donde esta visión se materializa, pasando de ser una promesa postergada a un testimonio de justicia histórica.
La llegada de la Línea 4 del Tren Ligero no es simplemente una obra de infraestructura; es la continuidad de una promesa política y social que comenzó a trazarse hace más de 15 años. Tlajomulco, la cuna de nuestro Movimiento en Jalisco, fue durante décadas el patio trasero de nuestra urbe, una ciudad dormitorio desconectada donde la dignidad del tiempo ciudadano se diluía en el tráfico.
Los datos son contundentes y en su frialdad numérica, revelan una transformación profundamente humana. Hasta hace poco, un traslado desde el centro de Tlajomulco hacia la metrópoli podía consumir hasta dos horas de ida y dos de vuelta. Estamos hablando de cuatro horas diarias perdidas; tiempo robado a la familia, al descanso, al estudio o al esparcimiento. Con la nueva obra, cada trayecto se reduce drásticamente a un rango de 35 a 38 minutos.
Esta reducción no es solo una mejora logística; es una devolución de calidad de vida. Es reducir el desgaste físico y emocional de miles de trabajadoras y trabajadores. Cuando hablamos de &#8220;poner a las personas al centro&#8221;, nos referimos exactamente a esto: A que un padre o madre de familia pueda desayunar con sus hijos o llegar a tiempo para ayudarles con la tarea, en lugar de estar atrapado en un camión.
Este logro subraya una premisa fundamental de los Gobiernos Naranjas: Hacer y entregar son verbos mucho más potentes que prometer. En un entorno nacional donde la polarización a menudo paraliza, Jalisco demuestra que la coordinación y la tenacidad rinden frutos. Haber logrado la gestión de recursos y la ejecución de esta obra, a pesar de las complejidades presupuestales federales, demuestra una madurez institucional que nos distingue.
Para Movimiento Ciudadano, Tlajomulco representa el origen, el laboratorio donde demostramos que se podía gobernar diferente. Quince años después, esta obra es el broche de oro de una continuidad responsable. No es casualidad; es causalidad. Es el resultado de una visión a largo plazo que no se reinventa cada tres o seis años, sino que construye sobre lo avanzado.
La justicia histórica para Tlajomulco radica en reconocer su importancia no solo como bastión electoral, sino como un polo de desarrollo que merecía, por derecho propio, estar conectado con eficiencia y dignidad al resto del Área Metropolitana de Guadalajara.

Tlajomulco: crear, gestionar y cumplir