Hace apenas dos años, el mapa del Continente Americano estaba políticamente pintado de rojo. La mayoría de los países eran gobernados por estadistas, por así llamarles benévolamente, pues en realidad la lista está integrada por algunos conocidos dictadores.
Pues bien, al término de 2025, los colores han cambiado. Ecuador, Bolivia, Argentina y, ahora Chile, han pintado de otro color sus latitudes, ya que son gobernados por Noboa, Paz, Milei y Kast, respectivamente, estadistas que trabajan bajo políticas públicas orientadas a la derecha; transitan por caminos de libertad y tienen como base al sector privado como motor para el desarrollo. Sume Usted estimado lector a esta lista a El Salvador, Panamá, Paraguay Costa Rica y ahora mismo, Honduras recuenta sus votos para determinar un ganador, pues acaban de celebrar su proceso electoral.
Dentro de este contexto regional existe una ola conservadora o una tendencia hacia la derecha que ha ido ganando fuerza tras ciclos de gobiernos progresistas en la década anterior.
Analicemos ahora algunos factores que han sido relevantes para este viraje.
1. La inseguridad como motor político. En varios países (Ecuador, Chile, Argentina y El Salvador) la inseguridad ciudadana ha escalado con fuerza. El crimen organizado, la violencia urbana y las extorsiones han cobrado factura. En una palabra, la seguridad se volvió el eje central del voto.
2. La fatiga con gobiernos de izquierda. Tras varios ciclos progresistas muchos ciudadanos han percibido que las expectativas sobre igualdad y bienestar han sido incumplidas. Han percibido problemas de gestión económica y conflictos internos en coaliciones de izquierda. En una palabra, se pelean entre ellos.
3. La crisis económica ha sido prolongada, lo que ha conducido al ciudadano a una frustración social. La región vive un deterioro económico desde antes de la pandemia, de modo que ya no se puede pretextar que la emergencia de salud los llevó a una crisis ampliada. Se ha estancado el empleo formal y resurgido con fuerza el informal.
La inflación ha sido persistente en varios países y para muestra tomemos a la Argentina, que se viene recuperando de índices elevados que llegaron al 142% interanual. Hay también claras evidencias de la caída de la inversión pública y del poder adquisitivo.
4. En la región, algunos presidentes del ala conservadora, han hecho demostraciones rápidas de capacidad y liderazgo al frente de sus países. Ejemplos: Bukele en seguridad; Milei en el control de la narrativa económica; Noboa en orden y modernización.
La exitosa ruta de América hacia la derechización y su prolongada existencia dependerá de que estos gobiernos logren resultados visibles y contundentes, so pena de que el péndulo político se ponga de nuevo en movimiento.
Seguimos en conexión.