Ejecutan a balazos en Culiacán a operador ligado a los hijos de Joaquín Guzmán Loera; era buscado por EU

Las autoridades estatales de Sinaloa informaron sobre la localización de un hombre asesinado en una zona céntrica de Culiacán, cuya identidad correspondía a Alan Gabriel Núñez Herrera, señalado por agencias internacionales como integrante de una estructura criminal vinculada a los hijos de Joaquín Guzmán Loera. Por este individuo, el gobierno de Estados Unidos mantenía vigente una recompensa de hasta un millón de dólares por información que condujera a su captura.
El hallazgo se registró el lunes 22 de diciembre en el bulevar Alfonso Zaragoza Maytorena, dentro del sector Desarrollo Urbano Tres Ríos. El cuerpo fue encontrado a corta distancia del complejo administrativo del Palacio de Gobierno, lo que generó un fuerte despliegue de corporaciones de seguridad en la zona.
De acuerdo con los primeros reportes de las autoridades que atendieron el llamado, la víctima presentaba las manos sujetas por la espalda y diversas heridas producidas por proyectiles de arma de fuego.
En el sitio no se localizaron documentos personales; sin embargo, horas después, familiares acudieron al Servicio Médico Forense (Semefo) de Culiacán, donde confirmaron de manera oficial que se trataba de Núñez Herrera, quien tenía 32 años de edad.
Objetivo prioritario para Estados Unidos
El nombre de Alan Gabriel Núñez Herrera adquirió relevancia a nivel internacional en abril de 2023, cuando fue incluido en una acusación presentada por el Departamento de Justicia de Estados Unidos y la Administración para el Control de Drogas (DEA) contra una facción criminal que opera en Sinaloa, específicamente contra la red criminal encabezada por los hijos de Joaquín Guzmán.
Según documentos judiciales estadounidenses, Núñez Herrera era considerado un operador logístico de alto nivel en el tráfico de drogas sintéticas. Las acusaciones en su contra incluían conspiración para la importación de fentanilo a territorio estadounidense, manejo de precursores químicos, posesión de armas de uso exclusivo, artefactos destructivos y operaciones de lavado de dinero.
Las agencias de inteligencia lo identificaban como un eslabón clave para el traslado de grandes cargamentos de opioides desde México hacia distintas ciudades de Estados Unidos, actuando bajo instrucciones directas del círculo cercano de los hijos de Guzmán Loera. A pesar de contar con una orden de captura y una recompensa activa, las autoridades mexicanas no lograron detenerlo antes de que fuera asesinado.