Lizette Farah interpone demanda por serie sobre el caso Paulette
La acción legal busca una reparación equivalente a hasta el 40% de las ganancias obtenidas por la producción, argumentando que no se solicitó permiso ni se firmó contrato con la familia en México
Lizette Farah, madre de Paulette Gebara Farah, ha presentado una demanda contra Netflix y la productora Dinamo por daño moral y uso indebido de su nombre, imagen e historia personal en la serie “Historia de un crimen: La búsqueda”, lanzada en 2020.
La acción legal busca una reparación equivalente a hasta el 40% de las ganancias obtenidas por la producción, argumentando que no se solicitó permiso ni se firmó contrato con la familia en México, y que los intentos previos de negociación para retirar la serie resultaron infructuosos.
Según el abogado José Manzo, representante de Farah, la emisión de la serie provocó una revictimización, con consecuencias como hostigamiento en redes sociales, rechazo social y afectaciones en la vida profesional y familiar.
Entre los impactos mencionados figuran la pérdida de oportunidades laborales, reconocimiento constante en público que revive el tema y temor por posibles actos de violencia de personas influenciadas por el contenido.
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Manzo detalló que su clienta ha recibido mensajes masivos y correos, además de incidentes como meseros que escupen en su comida. Agregó que existe preocupación por la seguridad, ante la posibilidad de que alguien actúe como “vengador anónimo” basado en la narrativa de la serie.
La producción incluye imágenes reales de Farah al final, recrea espacios íntimos como el cuarto de la menor a partir de fotos de la investigación judicial y utiliza el nombre e imagen de su otra hija, aunque sin reclamo económico para no afectar a la menor.
El personaje inspirado en Farah, interpretado por Verónica Bravo, muestra conductas que generan sospechas públicas sobre su implicación en la muerte de Paulette.
El caso se remonta a 2010, cuando la niña de cuatro años, con discapacidad motriz y del lenguaje, desapareció en su domicilio en Huixquilucan, Estado de México.
Tras una intensa búsqueda mediática de nueve días, su cuerpo fue encontrado en su propia cama. La versión oficial apuntó a una muerte accidental, aunque subsisten contradicciones en las indagatorias.
