Teuchitlán: Reconoce botas y pantalón de su esposo desaparecido

En un devastador giro de los acontecimientos, Azucena reconoció las prendas de su esposo entre las miles encontradas en los crematorios clandestinos ubicados en el rancho Izaguirre, en Teuchitlán, Jalisco. Este hallazgo marcó un punto culminante en una historia de desesperación y sufrimiento para su familia. Azucena relató que su esposo, Alexis Guadalupe Jiménez, fue secuestrado en Colima el 18 de noviembre de 2022.

El día del secuestro, en Tecomán, Colima, Azucena y su hijo fueron testigos de cómo hombres armados se acercaron a ellos, detuvieron a su esposo y, bajo amenaza de armas, lo obligaron a subir a una camioneta. 

“Fuimos a la tienda junto con mi hijo, cuando entramos ahí afuera de la tienda, se emparejó una camioneta y se bajaron dos personas armadas y lo amenazaron con las pistolas y a puro jaloneo y se lo llevaron a la camioneta y se lo llevaron. Y no volví a saber nada de nada”, relató Azucena en una entrevista para un canal de televisión nacional, evocando el momento exacto de su pérdida.

Este trágico suceso transformó la vida de la familia, que, desde ese día, ha buscado incansablemente respuestas sobre el paradero de Alexis. La angustia y la desesperación las acompañaron durante meses, hasta que recientemente, Azucena recibió un video de parte del colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco. En él, se mostraban las pertenencias halladas en los crematorios clandestinos, lo que abrió una nueva puerta al doloroso reconocimiento de lo que había sucedido.

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Fue en ese video donde Azucena identificó las botas y el pantalón de su esposo: “Primero, salió el pantalón y yo lo miré y dije ese es de él. Y yo estoy cien por ciento segura de que es de él, la ropa esa es de él y ya después salieron las botas”, expresó con profundo pesar. A través de detalles como una camisa de la marca “Cuidado con el Perro”, Azucena confirmó lo que no quería aceptar, pero sabía en lo más profundo de su ser: su esposo había sido víctima de la violencia que azota a México.

Este testimonio desgarrador pone en evidencia la cruda realidad que enfrentan las familias de personas desaparecidas, quienes viven en una constante búsqueda de justicia y respuestas. El sufrimiento de Azucena es un reflejo de las numerosas historias de desapariciones forzadas que aún afectan a muchas familias en el país, recordándonos la urgente necesidad de actuar para garantizar la justicia.