La Inteligencia Artificial (IA) está transformando el mundo a una velocidad sin precedentes, y el ámbito de la salud es, quizás, uno de los más favorecidos. Desde el análisis masivo de datos hasta la predicción de brotes epidémicos, pasando por diagnósticos precisos y tratamientos personalizados, sus aplicaciones parecen casi milagrosas. Sin embargo, más allá del asombro tecnológico, surge una pregunta crucial: ¿puede la IA ser una herramienta para reducir las desigualdades en salud o corre el riesgo de profundizarlas aún más?
En contextos como el mexicano, marcados por brechas estructurales en el acceso a los servicios de salud, la IA representa una paradoja. Tiene el potencial de democratizar la atención médica, pero también podría beneficiar únicamente a quienes ya están dentro del sistema, exacerbando la exclusión de las poblaciones más vulnerables. Si su implementación no se rige por principios de equidad y justicia social, la IA podría automatizar la discriminación, perpetuando sesgos históricos bajo la apariencia de neutralidad algorítmica.
En este escenario, el papel de las universidades y de quienes formamos profesionales de la salud es clave. No basta con enseñar el uso técnico de estas herramientas: debemos fomentar también su apropiación ética, crítica y creativa. La alfabetización digital y el pensamiento ético deben ser pilares de una formación que prepare a los futuros profesionales a interactuar con la IA como una aliada del juicio humano, no como su reemplazo.
La clave, entonces, no está solo en la tecnología, sino en el modelo de gobernanza que decidamos construir a su alrededor. Una IA transparente, inclusiva y regulada puede ser una poderosa aliada para cerrar brechas. Pero si su desarrollo queda exclusivamente en manos del mercado o de algoritmos opacos, estaremos consolidando una nueva frontera de exclusión digital y sanitaria.
La Inteligencia Artificial no resolverá las desigualdades por sí sola. Solo lo hará si decidimos utilizarla como herramienta de justicia social. Esa es una decisión política, ética y colectiva.