Después de la segunda guerra mundial y del nacimiento de la Organización de las Naciones Unidas y de la Declaración universal de los Derechos Humanos muchos pensamos que con el pasar de los años, de la consolidación de las democracias liberales en buena parte del mundo y de una expansión en los derechos fundamentales en diversas latitudes del planeta vendrían acompañadas de mejores tiempos para la humanidad.
Sin ser ingenuo, la guerra fría, el enfrentamiento religioso entre musulmanes radicales las diversas expresiones cristianas parecían ser nubarrones, que la prudencia iría desvaneciendo, sin embargo el extremismo siempre estuvo presente y la imposibilidad de buena parte de estas democracias de centro izquierda y derecha para resolver los problemas de acceso a la salud, la alimentación, a la seguridad de buena parte de sus habitantes, aunado a la era de la posverdad empujada por el avance de las plataformas de redes sociales y de la inteligencia artificial mal utilizada, se convirtieron en el caldo de cultivo para hacer emerger con fuerza expresiones populistas en diversos puntos del planeta.
Así llegamos a estos días en donde la tibieza de estas democracias sucumben no solo a los populismos retóricos que ganan elecciones, sino que observamos como dejan que sucedan invasiones que se pensaban en el olvido como la rusa a Ucrania o exterminios genocidas como el de Israel al pueblo palestino y el nivel de respuesta es la indiferencia o la tibieza. Este tipo de situaciones hacen que esta era de la humanidad fracase y hace que nos acerquemos a un escenario impredecible en lo nacional (en diversos países) y en el escenario internacional, hoy las armas nucleares o las armas cibernéticas acompañan a los métodos más rústicos para acabar con el “enemigo” y asesinar por hambre a un pueblo entero a la vista de todos y nadie parece capaz de detener semejante atrocidad.
Eso sin ser omiso en las veces que esta élite de la humanidad dejo pasar situaciones similares en África o en oriente medio en esquemas similares con un menor impacto mediático, pero que son altamente rentables en la explotación de recursos naturales o en la producción y venta de armas y de otras industrias que florecen con las guerras y la muerte de los semejantes. Espero pecar de exagerado, pero tengo la idea que pagaremos un costo muy alto por estas decisiones y el planeta que le dejaremos a la generación siguiente y las subsecuentes será catastrófico.