En los sistemas de salud modernos, la figura del médico general ha sido subvalorada. Sin embargo, la experiencia internacional y la propia evidencia nacional confirman que la fortaleza del primer nivel de atención es la verdadera medida de un sistema sanitario robusto y equitativo. No hay salud pública sostenible sin médicas y médicos generales bien formados, reconocidos y respaldados por políticas educativas y profesionales claras.
La Academia Nacional de Educación Médica y Desarrollo Profesional Continuo (ACANEMED) establece en sus estatutos un principio esencial: el fortalecimiento de la educación médica debe estar basado en la Atención Primaria a la Salud (APS), entendida como el enfoque que coloca en el centro las necesidades de las personas, la prevención y la equidad. Esto implica que la formación médica no puede seguir privilegiando únicamente la visión hospitalaria y especializada, es trascendental nuestro deber en preparar profesionales capaces de resolver los problemas más frecuentes de salud en las comunidades.
Reivindicar al profesional de la salud formado en medicina general significa reconocer que su papel va más allá de un tránsito obligatorio hacia una especialidad, es por su parte, convertirse en el eje del sistema de salud, capaz de integrar la prevención, el diagnóstico temprano y el acompañamiento continuo de los pacientes. Una educación médica alineada a la APS robustecería de manera decisiva el primer nivel de atención: menos hospitales saturados, menos enfermedades crónicas avanzadas, más bienestar comunitario.
Desde el capítulo Jalisco de la ACANEMED, como presidente impulsaré la importancia de la educación interprofesional, la innovación y la responsabilidad social como ejes de la formación en Jalisco. Esto demanda rediseñar los planes de estudio, implementar metodologías activas de aprendizaje en escenarios comunitarios, fomentar el trabajo en equipo con enfermería, nutrición, psicología y otras disciplinas, y sobre todo, asegurar condiciones dignas de trabajo y reconocimiento para quienes se desempeñan en este nivel. El momento actual en México y en Jalisco es propicio para hacer lo que nos corresponde.
Si queremos un sistema más justo, eficiente y humano, debemos apostar por una educación médica que forme y dignifique a la medicina general, integrando ciencia, humanismo y comunidad. La APS debe ser el primer eslabón en la cadena y ser el punto más sólido de todo el sistema de salud.