El sexenio de Felipe Calderón marcó un antes y un después en la historia reciente de México.

De acuerdo con datos oficiales, durante el sexenio del expresidente Felipe Calderón (2006-2012), se registraron más de 70 mil muertes relacionadas con el crimen organizado en México.
Este conflicto terminó por afectar a civiles inocentes, así como a los propios grupos criminales, provocando una crisis de seguridad en todo el país, especialmente en los estados de Sinaloa, Michoacán, Chihuahua y Guerrero.
Por varios años, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) mantuvo cierto control político sobre el crimen organizado. No fue sino hasta el año 2000, durante el gobierno de Vicente Fox, que surgieron nuevas células delictivas.
En 2006, cuando Calderón asumió la presidencia, lanzó una ofensiva militar en contra de las células delictivas, respaldada por la Iniciativa Mérida, un programa de cooperación con Estados Unidos que aportó alrededor de 1,900 millones de dólares en recursos.
Sin embargo, esta estrategia fracasó en reducir la violencia y, de alguna manera, impulsó la fragmentación de los cárteles, lo que provocó el aumento de grupos criminales: de seis en 2006 pasaron a dieciséis en 2012.
Durante el gobierno de Calderón, la violencia relacionada con el crimen organizado dejó un saldo alarmante de más de 26 mil desapariciones, la mayoría vinculadas a actividades delictivas.
De acuerdo con la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), se registraron 9,228 quejas y 142 recomendaciones en contra de las Fuerzas Armadas por violaciones a los derechos humanos, además de 42,126 desapariciones forzadas y 24,091 personas extraviadas.
La violencia afectó de forma desproporcionada a mujeres y jóvenes mexicanos, mientras que la falta de respuesta del gobierno ante la crisis de seguridad dio origen a la creación de grupos de autodefensa, formados por ciudadanos que buscaban proteger a sus comunidades ante la incapacidad de las autoridades.
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Para 2012, al iniciar el sexenio de Enrique Peña Nieto, el país enfrentaba una situación crítica. A pesar de sus promesas de mejorar la seguridad y combatir el crimen, la violencia continuó en aumento.
Entre diciembre de 2012 y noviembre de 2013 se registraron 18,458 homicidios dolosos, lo que representa un promedio de 50 asesinatos diarios, de acuerdo con el Sistema Nacional de Seguridad Pública.
El sexenio de Felipe Calderón marcó un antes y un después en la historia reciente de México. La llamada “guerra contra el narcotráfico” buscó devolver la paz al país, pero terminó por desencadenar una de las etapas más violentas y dolorosas para la sociedad mexicana y las consecuencias de esa estrategia permanecen.