Las barreras de la discapacidad
La semana pasada, los invité a formar una sociedad incluyente. Para lograrlo hay que mantenernos bien informados.
Por esta razón, conozcamos más sobre la Convención de los Derechos Humanos de las Personas con Discapacidad.
México jugó un papel primordial ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para tener un tratado internacional y específico para las personas con discapacidad. Después de las respectivas mesas de trabajo, discusión y consenso, más de 80 países que forman parte la ONU firmaron y aceptaron que la Convención de Derechos Humanos de las Personas con Discapacidad sea jurídicamente obligatorio (vinculante), en cada uno de sus países para proteger, promover y garantizar los derechos de quienes viven con una discapacidad.
Este tratado internacional cobra relevancia por reivindicar a las personas con discapacidad como sujetos de derecho (es decir, que no por nacer o adquirir una discapacidad te hace perder tus derechos fundamentales). Esta convención nos pone en igualdad de condiciones y oportunidades, ante todo, nos reconoce como personas marcando un importante cambio del modelo médico a un modelo social.
Este cambio es trascendental, enfatiza el respeto de la dignidad inherente a la persona, la autonomía, la libertad para la toma de sus propias decisiones, dejando a un lado la discriminación para pasar a la aceptación de las diferencias, dando igualdad de oportunidades y haciendo énfasis en la eliminación de las barreras que han sido impuestas por la sociedad.
La Convención a la que nos referimos, trajo entre otros cambios la definición de la discapacidad, los términos al referirnos a las personas que viven esta condición de vida y lo más importante: la percepción sobre las personas con discapacidad.
La Convención establece la siguiente definición al referirnos a la Discapacidad: “Un concepto que evoluciona y que RESULTA de la interacción entre las personas con deficiencias y las diversas barreras debidas a la ACTITUD y al ENTORNO que impiden su participación plena y efectiva en la sociedad en igualdad de condiciones con las y los demás.” (CDPD, 2009).
Con esta definición dejamos en claro que si las barreras desaparecen, las limitaciones que tenemos quienes vivimos esta condición de vida, denominada discapacidad, estamos en igualdad de condiciones que cualquier persona.
Hablaremos de tres tipos de barreras a eliminar:
1.- Las barreras arquitectónicas son aquellas que impiden el libre desplazamiento de una persona con limitaciones físicas en su entorno. (ejemplo: escaleras, en lugar de rampas o elevadores).
2.- Barreras de comunicación son las que afectan a las personas que deben utilizar otras formas de comunicarse como la lengua de señas para las personas sordas, o información en Braille personas ciegas, o lectura fácil para personas con discapacidad intelectual.
3.- Las barreras de actitud son los estigmas, perjuicios y cualquier tipo de discriminación que se ejerce por la forma de percibir a las personas que viven con alguna discapacidad.
La eliminación de las dos primeras barreras depende de la existencia de un presupuesto y tiempo para realizar los cambios pertinentes o los ajustes razonables.
La tercera barrera se refiere a la actitud y depende de cada uno de nosotros. Por lo tanto, deben ser las más sencillas de eliminar.
Analicemos: ¿Cuál es nuestra idea sobre la discapacidad? ¿Cuál es la percepción al encontrarnos frente a una persona con discapacidad? ¿La valoramos como persona o nos clavamos en sus limitaciones?
Esta es la invitación de la semana: ¿Qué puedes hacer tú para eliminar las barreras de actitud frente a las personas con discapacidad?
Déjame tus comentarios.
*Las opiniones y contenidos en este texto son responsabilidad total del autor y no de este medio de comunicación.
